lunes, 23 de febrero de 2015

Mano a Mano con el Flaco Schiavi a cargo de Hugo Rodríguez desde Tandil


 La reserva de Boca llegó a la ciudad de las sierras una semana después que el primer equipo.  La charla con estos dos íconos de la historia xeneize  fue posible gracias a la gestión de Carlos “Pata” Spinoza (hombre que, aunque radicado en Tandil, conoce el club de la Rivera como pocos y es querido por jugadores, dirigentes y trabajadores). Cuando este periodista llegó al Hotel donde se alojaban, también arribaron colegas de TyC Sports y del diario Olé.

Schiavi no tiró la pelota afuera y se hizo cargo de la situación. La superposición de  entrevistas hizo que diera la cara. El “Flaco” de manera respetuosa me espetó: “Mirá, le erré. Te pido mil disculpas. Bancame unos minutos porque ellos salen en vivo. Después charlamos… antes de la cena ¿Sí?”.

Le contesté afirmativamente. Que no había drama, que lo esperaba.  Aproveché esos cuarenta minutos en parlotear (y grabar) con Cacho “Banderita” Laudonio. Vivencias y anécdotas que en breve les estaré compartiendo.

Pero no me desvió más. Les acorto camino para que disfruten de los conceptos vertidos por el flamante técnico de la Reserva de nuestro querido Boca Juniors.




                                         
 Schiavi termina con las notas para los medios nacionales y los despide, acto seguido se arrima hasta donde estaba esperándolo y me dice: “Listo, estoy a disposición”. Y yo empiezo con lo primero que se me cruza por la sesera.

 Rolando,  un gusto y gracias por estos minutos. Y bueno, encima desearte un feliz cumpleaños…

-¡Gracias…! Hoy fue un día especial. El cariño y afecto de todos ustedes recompensa en parte estar lejos de la familia. En serio, agradezco el gesto.

De nada. Ustedes no son conscientes que el “hincha común” les debe mucho. Que las alegrías son incontables. Yo empecé a estudiar periodismo habiendo visto campeón a Boca solo en 1992. Por ende charlar cara a cara con personas que defendieron la camiseta como uno lo hubiese deseado hacer, es, como mínimo, un honor…

-Me vas a hacer poner colorado. Pero es verdad, uno no dimensiona lo que significa para la gente. Uno solo trabajó para triunfar, y haber sido parte de una etapa tan gloriosa hace que perdamos conciencia de todo lo logrado. El tiempo nos irá poniendo en situación.

 Arranquemos “Flaco”. Otra vez en Tandil aunque ahora desde otra función. ¿Qué fue lo que más te costó? Y lo planteo desde el punto de vista del amigo.

-Sí. Como charlamos fuera de micrófono. De nuevo en este bello lugar, el cual  estoy disfrutando de otra manera. Uno venía como jugador y con la mente puesta en trabajar duro, y por ahí no disfrutaba de la paz que te brinda Tandil.  Siguiendo el hilo te respondo que sí, que fue difícil. Yo dejé de jugar para ser parte del cuerpo técnico del “Loco” (Palermo) y del “Pato” (Abbondanzieri). Somos y seremos amigos. Me costó horrores. Cuando me llamaron de Boca los cité y se los conté. Lo charlé mucho con Martín. Fue difícil, mucho. Él me había esperado para que yo me sumara, había confiado en mí, pero se dio así. Lo bueno es que me dijo que le diera para adelante, que entendía que era una oportunidad única e irrepetible y me dio vía libre. Y acá estamos.

-Pregunta pavota, pero: ¿Si te llamaba otro club hubieses aceptado? Digo porque antes de retirarte tu hermano te pidió que jugaras en el equipo de Lincoln y lo hiciste, no lo dejaste en banda.

Es verdad lo que decís. Pero eso fue otra cosa. Fue lealtad, dar una mano y despedirme del lugar que me vio nacer. Aunque no salió bien porque descendimos. Y yo quería, de manera simbólica despedirme con la casaca de Rivadavia. O sea que no. No. No hubiese aceptado dejar a Martín y al Pato si la oferta hubiese venido de otro club. Pero Boca es Boca y uno vivió cosas importantísimas…

-¿Y el salto no te generó un poco de cuiqui?  ¿Ser ayudante no es lo mismo que pasar a ser el líder?

Cierto. No es lo mismo. Como ayudante vos te centras en lo que te pide el técnico y acá decido yo, aunque en Boca ahora con el “Negro” (Ibarra) nos consultamos mucho. Siendo  técnico pensás en otras cosas. Ejemplo. Cuando arreglé tuve que empezar a diagramar la pre temporada y eso nunca lo había hecho. Armar los trabajos y charlar con el profe, viajar acá (Tandil) para  ver los campos de entrenamientos, y así en un montón de cosas.  

El “Vasco” me dijo hace unos días, mientras lo entrevistaba, que el trabajo con vos iba  a ir de la mano. Que pensaban lo mismo, que hay que ir formando a los pibes para que la “presión” no los devore…¿es así?

Sin dudas. Con Rodolfo nos conocemos desde hace mucho y charlamos de este tema en varias ocasiones. Acá lo importante es la continuidad, si el “Vasco” sube  un pibe a la primera tiene que jugar. Si no lo hace en el primer equipo lo tiene que hacer con nosotros. Para que estén activos, dinámicos y al cien por cien para cuando les toque entrar en primera. Para eso tenemos que plantear situaciones de trabajos parecidas. Lo mismo pasa que si un profesional tiene que agarrar rodaje nosotros lo haremos jugar en Reserva.  

-Me quedé con eso de los pibes de la reserva. Hoy por hoy es tanta la necesidad de los clubes de sacar talentos que suben demasiado rápido y luego se diluyen, se apagan ¿Se puede decir que se marean más rápido?

Y sí. Sin dudas. Hoy los pibes queman etapas y pasan de  dos o tres partidos en Reserva a la Primera. Y a la mayoría eso les termina jugando en contra. No es que no tengan talento, es que no están listos. Nuestra idea y la de la dirigencia es que podamos jugar siempre como preliminar, para que vayan sintiendo lo que es jugar en una Bombonera que “ruge”.

 

-¿Ese es el mensaje primario que le bajas a los futbolistas…? Te lo pregunto porque cuando entré al hotel me topé con el cartel que dice tipo arenga: “Cuando entrenas todo duele. Pero cuando ganas, dices, valió la pena…”

Si, si. Es así. El mensaje es ese. Los pibes se tienen que dar cuenta en el lugar que están  y que sin sacrificio, humildad y el esfuerzo de entrenar al cien por cien, nada se logra. Por eso el cartelito. Que lo vean a cada rato, decírselos a cada rato. Que se les haga carne. Ellos me tienen que obligar a que los ponga de titulares. A que los cite, a que los concentre.

-Hace un rato entrevisté a los dos arqueros (Márques y Comino) y ellos marcaban lo mismo. Que sentían  que eran ellos los que se tenían que esforzar para ocupar un lugar, porque detrás hay mil pibes que quieren sacarles el puesto.

Me das una buena noticia. Es lo que buscamos, que piensen así, que cuando están por bajar los brazos se les cruce por la cabeza  eso que te respondían. No, no voy a abandonar, porque sino pierdo el tren.

-“Flaco” si hay un tipo que puede meterles en la cabeza lo que es jugar en Boca ese sos vos. Esta generación te vio jugar con apendicitis e ir para adelante. Te vio matarte por la camiseta.

Si. Puede ser. No niego eso. Pero eso solo no alcanza. Hay que seguir dando el ejemplo y hay que seguir trabajando. Hoy los chicos tienen otra cabeza que cuando jugábamos nosotros. Esta generación nació con el telefonito y la tablet en las manos. Tenemos que revertir eso también, que les guste el fútbol, que miren fútbol.

 

-La última Flaco. Ya sé que es la hora de cenar. Y aunque parezca trillada es la que corresponde.  ¿Objetivos paralelos para esta etapa?

Boca es Boca y tiene que ganar siempre. La historia pesa mucho y tenemos que estar a la altura. El año pasado la campaña fue irregular. Nosotros queremos mejorar los  22 puntos conseguidos por Sergio (Saturno). El objetivo es salir campeón y subir a muchos chicos a los que no les pese la camiseta al momento de jugar en primera.

 

Cuando estoy por agradecerle la entrevista veo que a Schiavi se le ilumina el rostro y me dice entre risas: “Bueno, vamos cortando porque se viene “NEGRO” el día…”. Yo miro hacia las escaleras y de las mismas asomaba el rostro Hugo Benjamín Ibarra. El de Formosa se acerca a saludarme. El tipo la “cazó” en el aire y le retrucó: “Callate Flaco, salí de acá que el periodista está morado, vos le afanas todo el aire…”. Las carcajadas retumbaron en el hall del hotel e Ibarra se excusa de haber llegado tarde ya que estaba hablando por teléfono con su familia. Le digo que no importa y que igual es un placer. Charlamos “off de record” varios minutos y luego si, vino la despedida formal. Me saludan, posan para la foto final y los pierdo de vista, pero no porque una multitud me los tapara, si no por mi emoción. Uno no tiene la suerte diaria de estar en contacto con estos tipos (a los que encima ha admirado) y mucho menos de poder entrevistarlos. A mí se me dio. Y aunque sé que no va a ser la última vez, unas lagrimitas empañaron mis ojos. Parte de la historia de Boca enseñándole al futuro inmediato. Y yo lo viví in situ.

 


 

Hugo Alberto Rodríguez

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias, en primer lugar, por tu amistad Ana y luego por la confianza. Las dos cosas van de la mano. Y todo esto se potencia porque me permitiste formar parte de tu espacio. Abrazos totales desde las sierras. El próximo año (Si Boca vuelve a "mí" ciudad), cubriremos la pre temporada a dúo. La invitación está hecha.